Pasen y vean, señores, la rigurosidad de las informaciones vertidas en El País, que parecen más propias de un tabloide amarillo, cuando no de un bulo en la cola de la verdulería de mi pueblo. Menos mal que están afiliados a eso del Trust proyect. Y es que la rusofobia a veces alcanza cotas realmente delirantes. Cuando están en juego un puñado de votos la cordura de los políticos desaparece y la paranoia real o inventada campa a sus anchas.

Dicen que el alcalde de Praga y un edil responsable de un barrio tienen miedo a ser asesinados y disponen de protección policial. Y todo porque han quitado la estatua de un militar soviético de cuando la II Guerra Mundial, y han cambiado el nombre a una plaza. Señores de Praga, sepan que aquí en España la protección policial está disponible para todos los alcaldes de ciudades de cierta importancia, no se vayan a creer que son especiales.

Toda la información, por supuesto, procede de fuentes anónimas, como es habitual en estos casos. Y la policía checa, oficialmente no confirma los hechos. Pero el diario El País, necesitado como está de material rusofóbico, no tiene más remedio que echar mano de cualquier cosa para cumplir con sus obligaciones. Pueden ver el «artículo» original aquí.

EL PAÍS

Protección policial para el alcalde de Praga tras hacerse público un supuesto complot ruso para asesinarlo


Otro edil de la capital checa denuncia la existencia de un plan para “liquidarlo” a él y a otros dos políticos

AGENCIASPraga – 29 ABR 2020 – 16:39 CEST

En un anuncio más propio de una película de espías que de una declaración política al uso, este martes, el presidente de uno de los distritos de la ciudad de Praga aseguró que existe un complot por parte de Rusia para “liquidarlo” a él y a otros dos representantes checos, entre ellos el alcalde de la capital, Zdenek Hrib. El regidor, que recientemente molestó a Moscú al respaldar, en un gesto similar al de otras ciudades, la decisión de rebautizar la plaza ubicada en las inmediaciones de la Embajada rusa como Boris Nemtsov —el opositor ruso asesinado en 2015 cerca del Kremlin—, ya había confirmado el lunes que se encontraba bajo protección policial. Además, en los últimos meses, Ondrej Kolar, responsable del distrito 6, había ordenado la retirada de una plaza de la estatua del mariscal Ivan Konev, comandante soviético de la Segunda Guerra Mundial.

“Lo que puedo decirles es que me han concedido protección policial. Se me ha asignado sobre la base de ciertas realidades… que hay un ruso aquí cuya tarea es liquidarme”, afirmó Kolar en una grabación de audio reproducida por el canal de televisión privado Prima y recogida por la agencia Reuters. “No solo a mí, sino también a Zdenek Hrib y a Pavel Novotny”, añadió refiriéndose al alcalde y al presidente de otro distrito de la ciudad.

La declaración de Kolar se produce después de que varios artículos en medios de comunicación checos —el semanario Respekt y el diario digital Denikn.cz— vincularan el lunes la protección policial de ambos con la llegada de un ciudadano ruso con pasaporte diplomático a comienzos de abril que habría sido considerado por los servicios de seguridad como una amenaza. Según Respekt, que cita fuentes de inteligencia anónimas, el hombre traía consigo una maleta con ricina, un potente veneno que puede resultar mortal y, nada más aterrizar, fue trasladado en un vehículo oficial hasta la Embajada rusa.

Fuentes anónimas, claro, cómo no. Y lo de la maleta, de sainete.

La policía checa no ha confirmado que exista ese complot y el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, aseguró el lunes a periodistas que la información “parece otro engaño”. También el mismo día, la Legación rusa protestó en un comunicado por el artículo del semanario.

En declaraciones a la BBC, Hrib relató que había informado a las autoridades después de notar que lo seguían cerca de su casa y de haber visto a la misma persona varias veces. Sin embargo, el regidor añadió que no puede confirmar que la protección policial esté relacionada con esa denuncia.

¿Paranoia o populismo? Cualquier cosa por un puñado de votos.

En los últimos meses, el alcalde y Kolar han sido criticados por Moscú al haber lanzado una operación para retirar la estatua del general. Varios diplomáticos rusos se refirieron entonces al gesto como “inamistoso” y lo tacharon de “vandalismo por parte de funcionarios municipales trastornados”. El mariscal Konev es visto como un héroe en Rusia —entró en Praga después de que los nazis dejaran la ciudad en 1945— pero en la República Checa se le considera un símbolo del yugo impuesto a Checoslovquia durante la era soviética. Levantada en 1980, el monumento resultó controvertido por el papel de Konev en la represión de la Revolución húngara en 1956 y sus acciones durante la Primavera de Praga en 1968. La estatua finalmente fue retirada este mes.

Forma peculiar que tiene El País de decir que Konev liberó Praga de los nazis. Pareciera que entró «como Pedro por su casa». Reescribiendo la historia, veremos en breve enaltecer a los nazis, nuestros socios alemanes que lucharon contra los rusos.

Novotny, por su parte, tuvo un rifirrafe con Moscú el pasado noviembre al proponer un monumento conmemorativo a unos soldados rusos que desertaron durante la Segunda Guerra Mundial para combatir con la Alemania nazi, pero que acabaron luchando contra esta.

Este martes, el primer ministro checo, el magnate populista Andrej Babis —de signo político diferente al alcalde de la capital—, afirmó que su país, miembro de la Unión Europea y de la OTAN, no permitirá injerencias. “No toleraré que ninguna potencia mundial, cualquiera que sea, influya en nuestra vida política, de ninguna manera”, comentó en declaraciones recogidas por France Presse.

Patético.